
¿Te sientes constantemente agotad@ por las continuas preguntas de los niños?, ¿te preguntan “por qué” frente a cada situación o actividad? Tranquilos porque esto es absolutamente normal y parte de una etapa fundamental en su desarrollo neuronal y psicológico. De hecho, es una fase que marca el desarrollo del pensamiento y del lenguaje. Normalmente aparece entre los 2 y 4 años de edad y se caracteriza porque los niños hacen preguntas espontáneas, repetitivas y que muchas veces parecen irrelevantes para los adultos; pero ¡alto ahí! no es irrelevante para ellos. En esta etapa los niños están descubriendo el mundo y todo lo que les rodea, y gracias a estas preguntas y respuestas podrán ampliar sus conocimientos, reflexionar sobre lo que observan, estar más conscientes de sí mismos y de otros. Finalmente, estarán realizando nuevas conexiones neuronales que los llevarán a aprender.
De igual forma, gracias a estas preguntas, notamos el avance que van logrando en el lenguaje comprensivo y expresivo. Si se fijan, por ejemplo, cuando estaban más pequeños los niños exploraban los objetos a través de sus manos y boca, observando, tocando y descubriendo sus características gracias a las capacidades que desarrollaban en ese momento, como el sentido del tacto y el gusto. Ahora, ya son capaces de formular preguntas en forma verbal respecto a lo que observan, con mayor o menor claridad, surgiendo estas miles y miles de interrogantes a las que el adulto debe responder y dedicar tiempo. En nuestra próxima publicación les daremos algunos tips para enfrentar esta hermosa y desafiante etapa.
