
En nuestra publicación anterior, hablamos sobre la etapa de las preguntas en los niños. Hoy ahondaremos un poco más en cómo podemos abordar a estos momentos y de qué forma responderles.
Una primera recomendación es dar una respuesta sencilla y comprensible para los niños, acorde a su etapa de desarrollo y conocimientos, que idealmente genere una conversación y fomente su curiosidad, motivándolos a ampliar la información que ya poseen. Por ejemplo, si durante estos días un niño o niña pregunta “¿por qué no podemos salir?” o “¿podemos ir a pasear?”, una buena respuesta sería “no podemos porque nos enfermaríamos y nos no gusta estar enfermos ¿cierto?, ¿cómo nos sentimos cuando nos enfermamos?” o “aún no podemos ir a pasear, pero sí podemos jugar a… o hacer…”. Lo importante es abrir la posibilidad de conversar o darle opciones para intervenir.
La segunda recomendación la llamamos “la contrapregunta”. Cuando los niños son insistentes en sus preguntas y no podemos responder generando una conversación, por tiempo o porque estamos haciendo otras cosas igualmente importantes, podemos responderles con una pregunta. Por ejemplo, si un niño o niña pregunta “¿por qué esa persona tiene el pelo blanco?”, una buena respuesta sería “¿qué piensas tú?, ¿por qué su pelo será blanco?”. Con esto se deja la “responsabilidad” de la respuesta en los niños, escuchando nosotros sus ideas y conclusiones, muchas veces muy acertadas, y descubriremos que más que una respuesta, ellos necesitan nuestra atención.
Les deseamos mucho éxito en esta etapa que, aunque lo olvidamos, nosotros también vivimos! Esperamos que nuestras recomendaciones les sirvan!








